Se llama entomofagia a la ingesta de insectos, arácnidos, o artrópodos en general, como alimento para los humanos y los animales, un hábito alimenticio muy extendido en algunas culturas en el mundo; no obstante, en algunas otras partes del mundo es muy poco común.
Existen más de 1.462 especies registradas de insectos comestibles, aunque sin duda alguna hay muchísimas más; posiblemente todas las especies de insectos, más de 750.000, son comestibles. Para su consumo se pueden comprar, cazar o criar. Si se cazan existe la posibilidad de que contengan residuos de pesticidas.
Nutrición y dieta entomofágica.
Los insectos por regla general tienen una gran eficiencia en la conversión de los alimentos, su alto nivel de reproducción aprovecha al máximo los nutrientes de su entorno para convertirlos en proteínas, vitaminas, grasa, etc.
Estudios han comprobado que algunos insectos producen proteínas a un ritmo muy superior al de otros animales que proporcionan carne a los humanos, pudiendo llegar hasta cerca de veinte veces la producción que pueda tener una vaca.
La entomofagia procura principalmente proteínas:
•Las concentraciones de proteínas pueden crecer una vez que el insecto se haya preservado seco pudiendo llegar a un 60%.
•Un saltamontes tiene un 20% de proteínas frente a un filete de ternera que posee un 27%.
•Las orugas pueden llegar a tener entre 30% y 80% de contenido proteico.
•Los insectos pueden aportar a la dieta humana vitaminas, minerales y grasas.
Hay que tomar en cuenta que el aporte de cada uno de estos nutrientes depende de la especie y de la preparación de los insectos, y dentro de una misma especie depende en gran medida del hábitat.
Entomofagia para los animales.
Diversos grupos taxonómicos consumen proteínas de los insectos, generalmente se los llama insectívoros o entomófagos:
•Aves.
•Reptiles.
•Anfibios.
•Peces.
•Mamíferos.
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